Quien no ha visitado Puebla y mínimo ha tenido que recurrir al volantazo, y es que pasan los sexenios, los trienios, y siguen siendo parte de las falsas promesas que nuestros pasados, actuales y futuros dirigentes ocupan como bandera de cambio.
Bien dicen que “La ignorancia es felicidad..” Y es que mientras más conozco como funciona nuestro sistema político y la burocracia, más triste y desilusionado me despierto, sólo por mencionar un ejemplo de esto que hoy me atañe; justo en la calle de mi casa pasaron casi 8 meses hasta que procedieron a tapar el “bache” mismo que sin mentir llego a tener una profundidad de casi un metro, como ya se imaginarán el proceso que siguió cuando al parecer apareció en la lista de cosas por hacer, pues bueno decidieron que eso estaba así porque al parecer SOAPAP, era el culpable de atenderlo, y obviamente después de que la llanta en el hoyo dejo de cubrir las necesidades de seguridad necesarias, pues se procede a colocar, mal, una malla plástica naranja, para simular mejor que esta siendo atendido, dos semanas después llegan una cortadora de pavimento que marca y corta media cuadra, a la siguiente semana llega la retro excavadora hace destrozos, deja puerquísima la calle, perforan el drenaje, llueve se inunda con aguas negras todas las casas de la calle, después cierran el hueco con la tierra que sacaron (nunca vi que llegarán tubos para reponer el tramo roto) dejan todo el escombro ahí, más unas varillas que poncharon varias llantas y 3 semanas después llegan con chapapote a remendar una calle sin compactar y pues bueno, sólo mencionar que en todo este tiempo nunca vi un supervisor.
Y como esto sin temor a equivocarme puedo asegurar que el 90% de los trabajos de obra civil que se realizan el la ciudad pasan por alto ese alto costo que significa la supervisión de un trabajo bien hecho, y pues bueno al final el precio lo pagamos los ciudadanos que a diario, transitamos por ahí.
Y sólo por mencionarles que esto no va a cambiar, lamento informárselos, no mientras se sigan pidiendo diezmos para otorgar las obras, no mientras el precio esté tan castigado que la única manera en que pueda el contratista tener algo de utilidad es omitiendo pasos, evitando costos o bajando la calidad de su producto, y sobretodo no mientras el ciudadano siga permitiendo que esto pase frente a sus ojos sobre sus calles y en su ciudad.
Se qué algún día esto va a cambiar, poco a poco la sociedad se va haciendo más critica de las situaciones que la rodea, de su entorno, y espero en breve los interese de unos pocos dejen de ser más que el bienestar de los de mas.